La creatina
es uno de los suplementos más estudiados y utilizados en el mundo de la
nutrición deportiva (1), pero...
¿Qué es la creatina?
La creatina
es un compuesto químico natural que podemos encontrar en el organismo
humano, ya que se obtiene desde diferentes alimentos como, por ejemplo,
desde carnes y pescados, pero en escasas cantidades (2).
Este
sustrato es sintetizado a partir de ciertos aminoácidos (glicina, metionina,
etc.) y se almacena principalmente (95%) en los músculos, aunque
también lo podemos encontrar, en menor cantidad (5%), en ciertos órganos (2).
Además, puede encontrarse como molécula libre o como fosfocreatina (PCr). Cuando se encuentra en esta última forma, es participe de una de las principales vías energéticas del organismo: el sistema energético fosfagénico (ATP-PCr). El proceso puede resumirse en que la fosfocreatina dona su grupo de fosfato al difosfato de adenosina (ADP) para formar trifosfato de adenosina (ATP), principal molécula energética, sobre todo ante esfuerzos físicos (3).
¿Para qué sirve la creatina?
De todo lo
anteriormente comentado, es lógico que los deportistas elijan la opción
de aumentar sus niveles de creatina mediante suplementación, ya
que se ha demostrado mediante evidencia científica que aumentar los niveles de
creatina en deportistas potencia los efectos en el rendimiento (4) por su mayor
energía, pero también en la recuperación, ya que el ATP también forma parte de
los procesos de recuperación muscular (1).
No
obstante, diversos estudios han demostrado que la suplementación de la creatina
va más allá del rendimiento deportivo, ya que existen otros beneficios que
engloban a toda la población, y no solo a deportistas (4).
Como bien se
ha indicado anteriormente, hay pequeñas cantidades de creatina en órganos
vitales, y uno de ellos es el cerebro. Estudios afirman (5) que mayores niveles
de creatina pueden relacionarse con un mejor rendimiento neuropsicológico, por
lo que se recomienda dicho suplemento también en adultos mayores, ya que el
envejecimiento contribuye a que ocurra una depleción de los niveles de creatina
y PCr. Por otro lado, hay estudios que relacionan defectos neurobiológicos a
nivel genético, desarrollados durante el embarazo y que se identifican al
nacer, que pueden ser provocados debido a la deficiencia de creatina, derivado
de una alteración en la síntesis y transporte de ciertas encimas (6).
Finalmente, otras investigaciones demuestran como la creatina puede reducir la
fatiga mental (7, 8), aumentar la memoria (9, 10), ofrecer un efecto protector
adicional ante trastornos como la depresión (11) y mejorar el rendimiento
cognitivo en tareas que requieran de una mayor velocidad de procesamiento de la
información (10).
Entonces,
queda demostrado que la suplementación de creatina no es solo recomendable a
nivel deportivo, sino que también para términos que engloban la calidad de
vida. Sin embargo, cabe destacar que se requiere de mayor investigación para
poblaciones especiales, ya que es una nueva línea aun por potenciar (4).
Una vez
habiendo definido bien este sustrato y sus beneficios, pasamos al siguiente
punto:
¿Cuánta creatina tomar?
La dosis
típica planteada y de manera genérica para toda la población, con el objetivo
de aumentar las reservas de PCr muscular consiste en: 0,3 gramos por
kilogramo corporal al día durante una semana, para realizar una pequeña fase
de carga, y después 0,03 gramos por kilogramo corporal diarios
durante la fase de mantenimiento (12, 13).
Para
ingerir este compuesto no es necesario un protocolo concreto ya que se
puede tomar de diversas maneras, pero si que existen ciertas recomendaciones
para que su ingesta sea más eficaz y que el cuerpo asimile lo máximo ingerido:
la capacidad de asimilación de la creatina a nivel muscular es dependiente de
la presencia momentánea de la insulina, por lo que se recomienda ingerirla con
hidratos de carbono en una relación aproximada del 1/6. Por otro lado, se
recomienda una alta dosis de líquidos durante todo el día ya que para el
almacenamiento de la creatina en el tejido muscular es necesaria el agua, por
lo que, si los líquidos son limitados dicha absorción a nivel celular también
y, en consecuencia, su almacenamiento. Además, se recomienda la reducción o
eliminación de la ingesta de café por sus efectos diuréticos, que afectan
directamente a la hidratación celular, la cual se ha explicado anteriormente, así
como otros líquidos diuréticos como puede ser el té (14).
Tipos de creatina que puedes encontrar:
Finalmente,
explicar que hay diversas formas de presentación de creatina que varían
en función de la solubilidad, permeabilidad, absorción, composición, etc. Pero
la más estudiada y recomendada en términos generales es el monohidrato de creatina, ya que se compone por un 88% de creatina y un 12% de agua. Otro
tipo de creatina es la alcalina o bufferada, que es la más pura, pero a su vez
tiene un precio muy elevado en el mercado, por lo que no suele ser la más
utilizada. Además de estas principales, podemos encontrar derivados de nuevas
generaciones, pero su uso no suele ser muy habitual por falta de investigación;
estas son: la creatina clohidrato, la creatina magna power, el citrato de
creatina o gluconato de creatina (15).
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